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martes, 30 de diciembre de 2014

¡Premio!





Señorita Yoher (pinchad para ver su blog) me ha nominado a este premio que consiste en responder las preguntas que el que nomina hace. Y luego se tiene que nominar a los que se quiera y realizar otras preguntas. Pero a mí eso de nominar me cuesta mucho, porque los blogs que sigo y leo fielmente los tengo a petar de premios míos. Por eso, simplemente, quien quiera este premio que lo haga.

Y aquí las preguntas que me han formulado:

1. ¿Qué fue aquello que te impulsó a crear tu blog?

Bueno, a esta pregunta le voy a dar otros enfoques. Este blog, Broken Wings, lo creé porque quería tener de nuevo (ya tuve anteriormente) un sitio donde poder escribir mis pensamientos y además practicar mi escritura. Pero si creé también este blog fue porque abandoné otro en el que publicaba una historia, por motivos personales. Echaba de menos el mundo blogger, pero no me veía con ánimos de seguir con la historia. Así que creé este.
El otro blog nombrado lo creé gracias a los ánimos de una amiga que conocí por Internet y que también subía una historia (de la cual soy fan incondicional). Yo escribía historias desde hacía años, pero nunca se me había pasado por la cabeza mostrarlas al público, pues mi vergüenza y tal vez miedo me lo impedía. Pero, en cuanto me animé, lo disfruté más de lo que hubiese pensado. Y fue una época maravillosa para mí.

2. ¿Afrontas la vida con optimismo y entusiasmo o eres de los que conviven con el pesimismo y la tristeza?

Si esta pregunta me la hubiese planteado hará más o menos un año atrás, hubiese respondido que soy muy pesimista y que todo lo veía oscuro. Sin embargo, ahora, soy completamente distinta. He visto que la vida no está para perder un valioso tiempo, que no vas a poder recuperar, en tristezas y desgracias que en realidad no tienen tanta importancia.

3. Si en este momento fallecieses y tuvieras 1 minuto para darle un consejo a un niño sobre la vida... ¿Qué cosas le dirías que hiciese y qué cosas le dirías que evitara? (Recuerda que solo tienes 1 minuto, no te vayas a enrollar hablando escribiendo XD)!

A veces las cosas se te van a poner muy difíciles, y parecerá que todo está acabado, que no hay solución, que no sirvió para nada. Pero si tú tienes un sueño, nunca dejes que nadie te impida cumplirlo. Porque, aunque sea difícil, te vas arrepentir más si no lo intentas que si fracasas. Porque después de un fracaso puedes remontar. Pero si lo dejas ya no se puede volver a empezar igual. Lucha por tu sueño hasta el final de tus días. Y nunca te rindas.

4. ¿Qué animal define mejor tu personalidad o con cuál te identificas?

La verdad, no sabría decidirme. Adoro bucear y el fondo marino, por lo que un delfín no estaría mal. Son inocentes y juguetones.
Sin embargo, un gato también. Son bastante independientes, van a su bola, pero son cariñosos en el fondo.

5. ¿Desde tu punto de vista qué principios son básicas en una amistad?
La sinceridad, desde luego. La honestidad, la generosidad (no en el sentido de dejarse absolutamente todo y más, sino más bien en el sentido de no ser egoísta; un amigo no es una propiedad), el compañerismo... Y sobretodo que no haya hipocresía. Eso es lo más importante.

6. ¿Cuál ha sido la mayor lección que has aprendido sobre la vida?

Que el tiempo corre, y no se detiene a esperarte. Y si no avanzas con él, luego no podrás alcanzarlo.

7. ¿Qué consejo le darías a una persona tímida para superar sus miedos?

El caso es que yo soy una persona tímida. Y sinceramente no sé qué consejo bueno podría darme. Si alguien te dice: "¡suéltate!" y eres tímido de verdad, no lo vas a hacer por mucho que insistan. No sé muy bien cómo podría superarse los miedos. Tal vez con algo más de confianza en uno mismo.

8. ¿Cuál es tu propósito en la vida?

Simplemente cumplir mis sueños y viajar mucho. Y ayudar a todo aquel que esté en mi mano.

9. ¿Qué cosas no toleras bajo ningún concepto?

La hipocresía, la falsedad y la marginación. El hecho de dejar a un lado a alguien por ser distinto, por tener otros valores, por comportarse de manera diferente. No soporto algo así. Nadie deberíamos ser igual a alguien. Por eso me encanta las personas a los que todos etiquetan de "raros", porque simplemente no aceptan ser iguales al resto o son verdaderamente auténticos. Porque, ¿dónde establecen la definición de "raro"?

10. ¿Cuál ha sido la anécdota más graciosa que has vivido?

He vivido muchas. Soy una persona que si no se ha caído miles de veces no se ha caído ninguna vez. Y eso ha generado escenas graciosas. Como una vez que me caí en el río dos veces seguidas; levantarme y volverme a caer. Como aquella vez que, haciendo el tonto, me subí a un pilar, perdí el equilibrio y caí de bruces contra el suelo. Llevaba dinero en los bolsillos, y todas las monedas salieron volando como fuegos artificiales. Me quedé en el suelo desencajada. Al ver una moneda de dos euros frente a mí, la cogí, cerré el puño y cerré los ojos de nuevo, mientras mi amiga se reía y se reía.

11. ¿Qué cinco palabras te definen?

Yo supongo que: tímida, literauta, solitaria, clásica y soñadora.

martes, 11 de noviembre de 2014

¿Adónde vamos?

A veces me pregunto adónde nos llevará todo esto. A veces imagino cómo será nuestra vida en este mismo instante un año más tarde. ¿Pero, sabes? Las cosas pueden cambiar de una forma que no hubieses imaginado jamás. Y ahora me doy cuenta, cuando miro atrás en el tiempo.
Con el paso de los años, uno va entendiendo las cosas. Y va sabiendo quién es y adónde pertenece. Tal vez no con la exactitud de un arquitecto, pero sí con la esencia de un sentimiento. Quizá no encuentre su lugar, pero su interior le dirá cuál es.
He recorrido sin descanso el Andén. Y aún así sé que todavía me quedan muchos pasadizos por recorrer, muchos trenes que tomar. Hace un tiempo creía que podía intuir hacia dónde me dirigía. Ahora no lo tengo claro.
Personas que fueron, desaparecieron. Personas que no fueron, reaparecen.
¿Y quién nos puede guardar de las inmensas desgracias y felicidades que nos aguardan? Por suerte, nadie. Todo cose su trozo en nuestro yo. Todo nos construye. Nada es bueno o malo; todo depende del uso que le demos a lo adquirido.

Ana C.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Destino o no



Se siente como cargar un peso enorme. Intentas que no se note, pero al fin y al cabo es algo vistoso. Vas a sonreír, te dices, y vas a seguir adelante. Desde luego, no es algo tan malo. No es la primera vez ni será la última.

Tal vez esos fragmentos que se escribieron a la luz de la luna nunca lleguen a su destinatario, pero al menos siempre quedarán allí. Quizá lo único que nos queda es seguir avanzando hacia donde el caprichoso destino nos dicte. Al fin y al cabo en eso consiste la vida. Avanzar y avanzar, a veces a ciegas, y otras creyendo que sabes cómo va a terminar todo. Pero no lo sabes; nadie lo sabe. Simplemente te vas topando con gente en tu camino, como si fueras en el andén de un metro conglomerado. Ves a muchas personas; con algunas te chocas y te entretienes unos segundos, mientras que con otras pasas de largo sin apenas darte cuenta. Y tal vez allí conoces a alguien con quien salir a la luz del sol. O tal vez no. Simplemente es cuestión de viajar a través de los túneles, sin saber bien si tus pasos dependen solamente de ti o hay algo llamado destino que los maneja con sus pícaros hilos invisibles.

Destino o no. De todos modos, lo únicamente cierto es que todo es caminar y avanzar, porque el tiempo corre y nunca se detiene contigo.


Ana C.

lunes, 18 de agosto de 2014

Y sigo soñándote

2014, 31 de julio, 02:56.

Y sigo soñándote.

Yo creí que todo acabaría en cuanto dejásemos de vernos. Pero no es así. Tal vez sea porque te sigo viendo; te tengo en mi cabeza.

No he sabido exactamente por qué siento esto. Hemos hablado tan pocas veces, y para las pocas ocasiones en las que lo hemos hecho, apenas hemos intercambiado unas pocas palabras. Incluso he de reconocer que ha habido algunas veces en que te he preguntado cosas que ya sabía solo para hablar un poco más contigo.

Yo misma me frustro. No me gusta esta situación. No puedo verte, pero lo deseo; y al mismo tiempo no quiero. Porque no quiero quererte, pero te quiero más de lo que querría querer.

Sólo espero que ésto termine de alguna forma. Me es indiferente cuál, solo que termine ya esta tortura del querer y no querer querer, del necesitar tu cercanía y sentirse morir de miedo por dentro.

¿Por qué esos ojos de zafiro se incrustaron tan perfectamente en las paredes rocosas de mis más plácidas memorias?



Fragmento de Eterno Ciruelo de Ana C.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Momento cero



Me gustaría huir. Correr con el viento, lejos, bien lejos. Y no regresar más.

No estaría mal perder mis memorias. Olvidarlo todo. Quién fui, qué hice, dónde estaba mi casa, quiénes eran mis padres, a quiénes conocía... Y que todo eso ocurriese bien lejos de mi hogar, para que no pudiese volver. Y olvidaría cómo solía hablar, y olvidaría a qué parte del mundo pertenecía. Sería un cero absoluto, un volver a nacer habiéndose saltado numerosos años de la vida.

Sería un cambio en mí, lo sé, puesto que los recuerdos son los causantes de cómo somos. Pero tal vez eso estuviese bien. Entonces tal vez mejorase mi personalidad, que tantos ascos le he tenido. Quizá esta timidez se fuese con mis memorias.

Aunque lo único que pediría es que quedasen retoños de mis ideas literarias. Que todo lo que tuviese que ver con ello quedase intacto. Porque es lo único que no quiero perder.

El resto, todo. Todo.

Tal vez suene cobarde, y lo es. Lo es mucho. Pero en el fondo soy muy cobarde, más de lo que me gustaría.

No quiero recordar nada. Solo quiero perderme.

Ana C.

domingo, 22 de junio de 2014

La gente

La gente es horrible. Realmente horrible.

Te aspiran el alma hasta dejarte sin ella, y luego, como un recipiente vacío que eres, lo llenan con lo que quieren. Y te sientes extraño, porque en el fondo notas que ese no eras tú.

Te consumen la vida y la ilusión, para crecer así sin entusiasmo. Para que no seas todo lo que puedes llegar a ser. Te lo quitan todo poco a poco. Si tienes algo de lo que enorgullecerte, te lo deboran, como pequeñas pirañas que mordisquean un cadáver en el agua. Así es. Primero te vacían de vida y luego consumen lo que queda.

¿Por qué ha de ser todo así? ¿No hay otra opción? ¿No podríamos crecer haciendo más grande lo que somos?
Pero es cierto. El problema reside ahí. Si crecemos hacia lo alto, la gente te desprecia, te tiene celos tal vez.

No pido un mundo perfecto, solo un mundo donde todos puedan ser todo lo que deseen ser.



Ana C.

viernes, 6 de junio de 2014

Un ángel

Imagínate, por un momento, que ves a un ángel. Imagínatelo como más prefieras.
¿Qué aspecto tendría? ¿Sería hombre o mujer? ¿Alto o más bien bajo? ¿Su cabello tendría caprichosos rizos dorados, o tal vez una larga y lacia cascada negra cual pluma de cuervo? ¿Cómo sería? ¿Su rostro sería delicado y su piel blanca como la porcelana, o sus facciones serían tan bruscas que creerías que podrías escalar en ellas agarrándote a los huecos de sus mandíbulas? Sus ojos, ¿serían azules, dorados, negros? Y qué habría de sus alas, ¿blancas, negras, plateadas?
En definitiva, ¿cómo lo ves?
Hablemos de su personalidad. ¿Sería alguien bueno o alguien malévolo? ¿Socorrería, incordiaría o sería completamente indiferente ante todo? ¿Frío o cálido? O bipolar, ¿por qué no? Tal vez fuese un falso. O quizá simplemente inseguro. También podría ser que se tratase del ser más seguro de sí mismo en toda la existencia angélica.
Es decir, ¿cómo lo sientes?
El caso es... ¿qué haría luego el ángel? ¿Te miraría con sus bellos e impactantes ojos, o acaso los tendría cerrados? ¿Te hablaría? ¿Y cómo sería su voz si lo hiciese? ¿Musical, dulce, áspera, grave, aguda?
Osea, ¿cómo reaccionaría?
Entonces, ¿qué harías tú si te encontrases a esa figura ante ti? ¿Serías capaz de hablar con la imagen que tú mismo has creado, es decir, con tu mismo yo, único e inigualable? Porque, con toda probabilidad, tu ángel sería completamente distinto al mío. Quizá el mío tuviese la piel azul. ¿Y por qué no son ambos ángeles idénticos si ambos somos "personas"?
Si cada uno es distinto... ¿por qué nos llaman a todos "personas"? Como si fuésemos iguales, como si perteneciésemos a una especie de secta. 

Si cada uno es distinto... ¿por qué nos etiquetan como una sola cosa en conjunto?



Ana C.

sábado, 17 de mayo de 2014


-Llevas desde los 6 años escribiendo, ¿y para qué te ha servido hasta ahora?
-Para ser feliz.

Y mientras observaba su silencio pensé que, tal vez, al fin comprendiese que quizá no todo era material, que también había algo más allá de lo que se poseía en las manos. De que posiblemente la felicidad no estaba solo en lo físico, si no también en lo espiritual. Y que era eso lo que le faltaba.

miércoles, 9 de abril de 2014

El único



Eres el único que tiene conocimiento de su historia completa, o casi completa. Eres el único que sabes en lo que has fallado, aunque quizá en el fondo lo ocultes; pero lo sabes. Eres el único que es consciente de tus mayores logros, y por dentro te aplaudes por ello; y a veces por fuera. Eres el único que sabe cuál es el presente que está formado a tu alrededor y las circunstancias de los actos que has realizado. Eres el único que puede criticarte por todos tus errores.

Eres el único que te conoce por completo. El único que sabe quién eres. El único que es consciente de que cada cosa que haces lo haces por una razón.

Si eres el único de todo eso... ¿por qué tanta importancia a lo que digan los demás? ¿Por qué se preocupa uno cuando, a más o a menos, lo que digan los demás sobre ti probablemente sea mentira, pues tú eres el único que te conoces de verdad? Aunque haya confusiones a veces, aunque te sientas perdido en ocasiones, siempre vas a saber quién eres.

Entonces... ¿por qué...?


Ana C.

sábado, 22 de marzo de 2014

El paso del tiempo


Y de repente te das cuenta de que sí, de que el tiempo pasa. De que aquello que creíamos tan arduo, tan permanente, tan marcado, acaba siendo polvo y recuerdos. Porque eso es lo que queda. Porque creías que jamás se superaría; pero de repente ocurre. Y te sorprendes cuando te das cuenta de que se ha ido, de que ya no es lo mismo, de que eres otra persona.

Nada es para siempre. Ninguno de los problemas que se pueda tener permanece eternamente. Por muy largo que sea el camino, por muy difícil que se presente la situación, el tiempo sigue corriendo. Y llegará un día en el que todo habrá pasado, en que abandonaremos esa estación y seguiremos viajando en el tren de nuestra vida. Porque es así, y así ha de ser. Habrá personas que se quedarán y otras que simplemente formarán parte de tu nuevo yo de una forma invisible, interna, sin forma física. Pero todo va a seguir avanzando; tan solo quizá cambie la forma de ver las cosas.


Ana C.

viernes, 21 de febrero de 2014

Cara o cruz

Una vez me dijeron que para decidir algo con lo que no me ponía de acuerdo tirase una moneda. Y en cuanto la moneda cayese, antes de mirarla, lo que desease en ese momento que saliese sería lo que querría.
Porque no hay decisiones difíciles, solo existen esos algos que nos echan atrás. Porque si nos preocupamos por qué dirán los demás, no sacaremos nada bueno.
No hay decisiones correctas o incorrectas; solo caminos, y nosotros elegimos por cuál ir.

Ana C.

¿Eres libre?

¿Eres libre? ¿Haces lo que realmente quieres? ¿Puedes desplegar tus alas sin miedo, sin temores, sin esconderte? Si es así, hazlo. Muestra quién eres al mundo, y que nadie te lo impida. Porque cada uno es como es, y  no debes privarte de la satisfacción de ser tú, de seguir adelante siendo tú y solamente tú. Porque puede haber gente que te retraiga, que te lo impida. Y eso es lo peor. Porque cada uno es como es, cada uno es único, la belleza del mundo está en la variedad. Y la gente debería aceptarlos a todos por cómo son y dejan de ser.
Manos arriba por aquellos que han conseguido desplegar sus alas de verdad.



Ana C.

domingo, 9 de febrero de 2014

Un hogar para el mundo



Donde no exista la codicia, donde no conviva el egoismo, donde todos puedan ser como son; donde no haya falsedad. Ir al lugar donde uno pueda ser libre y no tenga razones para temer a nadie. Donde no exista el miedo, ni el terror, ni la ansiedad. Un lugar tranquilo. Un lugar pacífico. Un dulce hogar para el mundo, donde todos convivan en armonía. Y en paz.

¿Tan difícil será detener a aquellos que se aprovechan del sufrimiento de los demás para beneficio propio o simplemente por gusto? ¿Tan difícil será conseguir convivir todos sin problemas? ¿Tan difícil será?


Ana C.

viernes, 7 de febrero de 2014

Lo que perdemos...





Este planeta es demasiado bello. En cada rincón podemos encontrar algo que estremezca nuestra alma. Los colores son vivos, los aromas se entremezclan con las texturas... Y todo ello lo estamos echando a perder. Todos los humanos no, cierto, pero la gran mayoría sí. Porque el alma humana es destructora. Hay quien sabe controlarse, quien encuentra el equilibrio (o el amor) y aprende a cuidar su alrededor. Pero hay de otros que se dedican a herir sin cesar. Y no me refiero sólo al medio físico, si no también psicológico. Porque a veces son tan extremadamente destructores, que hieren la mente de otras personas como ellos. No, mentira. Como ellos no. Ellos son peores.

Cuánta maldad... Cuánta codicia... Cuánta insensibilidad... Cuánta destrucción...

Lo que perdemos...
ya no lo podremos recuperar nunca más, ¿sabéis?

(10/01/12)
Ana C.

sábado, 1 de febrero de 2014

Adiós

No voy a fingir que no se echa de menos a las personas que han ocupado un hueco en tu vida. Se las echa de menos. Tanto buenos como malos momentos, todos han formado parte de tus recuerdos. Y quieras o no, te han marcado.

Pero creo que todo tiene un límite. Que llega un momento en el que debes aprender a decir adiós. Un momento en el que, por mucho que lo intentes, no lograrás que todo sea normal, que todo transcurra entre él y tú como si nada hubiese pasado. Creo que hay algo sobrehumano que impide que eso ocurra. Y por eso lo mejor es decir adiós.

¿Doloroso? Lo fue. De verdad que lo fue. Y a veces sigue punzando.

¿Valdrá la pena? Algún día sí.

Nunca se sabrá si tardaste más tiempo del que debías en hacerlo. Después de lo de hoy te has replanteado nuevamente que quizá no vuelvas a saber nada más. Pero a lo mejor eso es bueno. A lo mejor era lo que debía ocurrir. Un tú, un él. Un adiós, un hasta nunca, o un hasta que algún día nos encontremos por la calle y no nos reconozcamos. Porque un año es un plazo más que suficiente para dejar solucionar los errores. Porque todo tiene un nivel del que no te puedes sobrepasar.

No es una acusación. En el fondo, hiciste grandes actos que enseñaron más que los docentes. Pero, tal y como evolucionaron las cosas, esto debía ocurrir. Porque no creo que nadie pueda seguir formando parte de algo así tanto tiempo.

Adiós.


Fragmento de Eterno ciruelo, de Ana C.

Reivindicante

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